ABUELOS DE ORIENTE
"hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles" Bertold Brech.
Por estos días me reencuentro mis raíces, y desentierro mi pasado, descubro una mezcla explosiva de ancestros árabes que como a muchos en la Costa Atlántica nos convierten en seres "Sui Generis", y además imprescindibles.
María Chadid y Luis Ghisays, mis abuelos paternos eran hijos de libaneses provenientes de un pequeño pueblo llamado Tannourine, ubicado en la falda de una montaña pedregosa, en casitas como pesebre, esta población posee los bosques más hermosos de cedro del Líbano.
Mis bisabuelos, nunca lograron amansar el español, pero sí lograron amasar un presente y futuro próspero para sus hijos y nietos a punta de trabajo honesto. Mi viejo Luis pasó de ser un vendedor herrante de botones, telas, encajes, a un productivo ganadero, de los que cerraban grandes negocios de "palabra".
En la casa de mi abuela Mayito, olía a quibbe, leche cortada, ajo, chibbara. Los domingos cuando reglamentariamente los visitabamos, recibíamos muchas caricias y comida. Entrar al cuarto del abuelo era espiar su closet, y dentro un manjar de dulces, ciruelas, dátiles,pistachos, guardados como tesoro para ser entregados generosamente a sus nietos.
Ejemplo de tenacidad, honestidad y entrega desmedida hacia sus hijos eran mis viejos.
Abuela Mayito, extraño tus canciones, tus paseos hasta coveñas en tu Nissan naranja, cuando llegar a la playa era una travesía por caminos polvorientos, y tú protectora, con totuma en mano nos bañabas en la playa, causándole una verguenza indescriptible a nuestras primas adolecentes Carolina y María Claudia, quienes se reusaron a seguir acompañándonos al mar.
Hoy conservo los mejores recuerdos de nuestros días compartidos, mis primeras palabras en árabe contigo las aprendí: Havivi (amor), Atini bausi ( dame un beso) y por su puesto Atini Masari( dame plata), el tiempo se me hizo corto, para vivirlo a tu lado.
LOBO DE MAR
Joseph George Rahib, mi suegro un viejo lobo de mar al que le debo muchas letras, que tan sólo después de su muerte me atrevo a escribir.
Su historia es tan hermosa, y ejemplificante digna de contar en letras de un libro.
Nació en Belén de Palestina, la guerra los obligó a marcharse con sus padres y sus hermanos desde pequeños a la isla de Santa Lucía.
Poseía un espiritú aventurero que lo lanzó a la mar desde los quince años, cuando abandonó su casa materna para iniciar un ciclo de viajes por el mundo, China, Africa, Alemania, Alaska, etc, lugares y oficios que lo formaron fuerte, sin temores.
El barco de bandera Skandinava donde viajaba, le enseñó muchos oficios e idiomas, inglés, alemán, francés, y por supuesto su lengua materna el árabe.
LLEGÓ EL MARINERO Y SE QUEDÓ EL MÉDICO
En Santa Marta ancló el Skandinavia, la comunidad de árabes pronto acudió a dar la bienvenida a los " Paisanos" que llegaron a la ciudad, entre ellos Joseph, quien inmediatamente conoció y encayó su corazón en las costas de una mujer llamada Eva Giha Giha, morena de padres palestinos.
El tiempo se encargó de hacer lo propio, y Joseph George pasó a ser José Jorge, y despidió junto a Eva, el barco de bandera skandinava, para iniciar una familia.
Con Amor, trabajo, y sacrificio construyeron su hogar. Este hombre nunca pronunció muy bien el español, pero entendía perfectamente quien era su amigo, cuanto valía cada peso, pero nunca comprendió porque en Colombia habían tantos Médicos.
La anécdota es la siguiente: Cuando Joseph se relacionaba con una nueva persona, se la presentaban como " Conozca al doctor Vives", a lo que el contestaba: Mucho gusto "Médico", no comprendía que en Colombia todos eran "Doctores" sin título. Desde entonces pasó a ser ¨José Jorge el Médico¨, como lo apodaron hasta el final de sus días.
Pronto inicó su carrera en el comercio, donde con éxito fundó los almacenes Skandinavia, y con ellos una tradición de más de cuarenta años.
Jose´cambió su itinerario de viajes en alta mar, por mañanas de tertulia con sus viejos amigos, juegos de dominó , traducción simultánea de cuanto extranjero despitado llegaba al centro de Santa Marta.
Desmedido en cariño, amó a sus hijos, nietos y por su puesto a Eva hasta el final de sus días.
Escribo estas letras para sus nietos Samir y Amal, a quienes sentaba en sus piernas a cantarles en frances: Fonti Fó, lleyi ti ye, ne cacá, bus da yá, matón flewi..., sus pocos años les impidieron disfrutarlo.
Recreo su historia porque son su sangre y espero despertar en ellos el impetú de un espíritu infatigable en las travesías de una mar llena de corrientes, muchas veces en contra y otras en su mayoría, a su favor.
6 comments:
HOLA NENA, ME PARECE MUY BONITO, QUE RESALTES LAS BONDADES,MARAVILLAS Y VALORES QUE TUS ABUELOS TE DEJARON, QUE ESTA SEA LA PRIMERA DE MUCHAS ANECDOTAS BONITAS QUE TE DEJARON TUS ANTECESORES. FELICIDADES BUENA NOTA
Maravilloso poder percibir tanta sensibilidad a flor de piel.
Saludos a toda la familia.
Mis abuelos.... ¡mis abuelos deberían estar muertos!
Yo creo es muy positivo tener tan claro nuestro pasado, saber de donde venimos. Sos grande cris! :)
Hermosa historia de tus ancestros.
Saludos.
Hola Titi, muy bonitas tus palabras. Que lindo ver como por medio de ti, toda la familia va a conocer, recordar y valorar toda la historia de sus abuelos!!!
Ojala y todos fueramos como tu...
KiSsEs
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