AVENTURA EXTREMA
Pensar en celebrar los siete años de Samir mi hijo mayor, fue un desafío pues con su espíritu aventurero no esperaba celebrarlo con la tradicional torta, fue así como rompiendo las cuadriculadas reuniones de salón invitamos a sus amigos a un bicicross, con pruebas, barro, agua, mucha aventura, ropa sucia y alegría.
Disfrutaron con su desorden descomunal, la inocencia y despeocupación de sus años les permitieron mojarse, meter la cabeza en la torta, embarrarse, y compartir con los buenos amigos.
Como fotógrafa oficial me reía a carcajadas de sus locuras y pensaba que diferencias marca el tiempo, cuando era mi cumpleaños mi mamá me vestía con un trajecito rosa de encajes, medias largas y zapatos de charol.
Ahora cuando festejo los de mis hijos, cada cumpleaños es una aventura superada, como dice mi hijo Samir: " Mami esto si extremo".